Tórtola cordillerana: Una palomita de los Andes
La Tórtola cordillerana (Metriopelia melanoptera) es una especie de ave columbiforme de la familia Columbidae, que se distribuye por los Andes de Sudamérica, desde Perú hasta Tierra del Fuego. Es una de las aves más características y abundantes de la zona cordillerana de Chile, donde se la conoce también como culluca, palomita de alas negras o tortolita paramuna. En este artículo, conoceremos más sobre las características, el hábitat, la alimentación, la reproducción y la importancia cultural de esta ave.
Características
La Tórtola cordillerana mide entre 23 y 24 centímetros de longitud, y tiene un peso de unos 100 gramos. Su plumaje es de color gris pardo, con tonos vinosos en la cabeza, el cuello, el pecho y el abdomen. Tiene unas plumas iridiscentes en el cuello, que reflejan tonos rosados. Las alas son negras, con una mancha blanca en el doblez, que se transforma en una banda blanca en vuelo. La cola es negra, con puntas blancas en las plumas laterales. El ojo es blanco plateado, con una mancha anaranjada debajo. El pico y las patas son negros. El macho y la hembra son muy similares, aunque el macho es algo más grande y brillante.
Hábitat
La Tórtola cordillerana se adapta a diversos ambientes, desde la zona costera hasta los 4.500 metros de altitud. Se la puede encontrar en valles, campos, bosques, matorrales, zonas agrícolas y urbanas. Prefiere lugares con agua y vegetación, donde pueda encontrar alimento y refugio. Es una especie residente, que no realiza migraciones, aunque puede realizar desplazamientos locales según la disponibilidad de recursos. Es una ave gregaria, que se asocia en parejas o en grupos de hasta varios cientos de individuos.
Alimentación
La Tórtola cordillerana se alimenta principalmente de semillas de diversas plantas, tanto silvestres como cultivadas. También consume algunos frutos, especialmente los de los cactus. Su dieta es granívora, pero puede incluir ocasionalmente algunos insectos u otros invertebrados. Busca su alimento en el suelo, donde escarba con el pico y las patas. A veces, se posa en las ramas o en los cables para descansar o vigilar. Bebe agua varias veces al día, y puede recorrer largas distancias para encontrarla.
Reproducción
La Tórtola cordillerana se reproduce durante la primavera y el verano, entre octubre y marzo, aunque puede variar según la región. Es una especie monógama, que forma parejas estables. El cortejo consiste en que el macho persigue a la hembra, le ofrece alimento, le acaricia con el pico y le hace reverencias. La pareja construye un nido con palitos, ramitas, tallos y hojas, que ubica en un arbusto, un árbol o un lugar artificial, cerca del agua. La hembra pone dos huevos blancos, que son incubados por ambos padres durante unos 14 días. Los polluelos nacen con un plumón amarillento, y son alimentados con una sustancia llamada “leche de paloma”, que producen los adultos en el buche. Los jóvenes abandonan el nido a los 12 o 16 días de edad, pero siguen dependiendo de los padres por una semana más. La Tórtola cordillerana puede realizar hasta tres o cuatro nidadas por temporada.
Importancia cultural
La Tórtola cordillerana es una ave muy apreciada por los chilenos, tanto por su belleza como por su valor simbólico. Es considerada como un símbolo de amor, fidelidad, paz y esperanza. Su canto, que se describe como elegante y triste, es muy reconocible y forma parte del paisaje sonoro del país. Su nombre proviene del mapudungun, la lengua de los mapuches, y significa “paloma de los huilliches”, que son un pueblo originario que habita en el sur de Chile. La Tórtola cordillerana también es una fuente de alimento y de recursos para muchas personas, que la cazan o la crían en cautiverio. Sin embargo, esta práctica debe realizarse con responsabilidad y respeto, para evitar afectar el equilibrio ecológico y la diversidad biológica.
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